Factores humanos y comportamiento humano en el personal de vuelo (Human behavior)
Los estudios sobre el comportamiento humano han intentado determinar la predisposición de un individuo a asumir riesgos y su nivel de participación en accidentes. En 1951, Elizabeth Mechem Fuller y Helen B. Baune, de la Universidad de Minnesota, publicaron un estudio sobre niños propensos a sufrir lesiones.
El estudio se llevó a cabo con dos grupos separados de estudiantes de segundo grado. Cincuenta y cinco estudiantes fueron considerados "accident repeaters" (reincidentes en accidentes), mientras que 48 estudiantes no habían sufrido ningún accidente. Ambos grupos pertenecían a la misma escuela de 600 estudiantes y tenían demografías familiares similares.
El grupo sin accidentes mostró un conocimiento superior sobre seguridad, fue considerado trabajador e inclinado a cooperar con los demás, pero no se les consideró físicamente habilidosos.
En contraste, el grupo reincidente en accidentes mostró mejores habilidades gimnásticas, se les consideró agresivos e impulsivos, demostraron comportamiento rebelde bajo estrés, eran malos perdedores y les gustaba ser el centro de atención.
Una interpretación de estos datos sugiere que la predisposición de un adulto a sufrir lesiones proviene de su comportamiento y entorno en la infancia, lo que llevaría a la conclusión de que cualquier grupo de pilotos debería estar compuesto solo por aquellos que son conscientes de la seguridad, trabajadores y cooperativos.
Claramente, esta es una inferencia inexacta e imposible. Los pilotos provienen de la población en general y exhiben todo tipo de rasgos de personalidad. Por lo tanto, es crucial que todos los pilotos reciban formación en habilidades para la toma de decisiones.
Históricamente, el término "pilot error" (error del piloto) se ha utilizado para describir un accidente en el que una acción o decisión del piloto fue la causa o un factor contribuyente al incidente. Esta definición también incluye la omisión de una decisión correcta o la falta de acción adecuada por parte del piloto.
Desde una perspectiva más amplia, el término "human factors related" (relacionado con factores humanos) describe con mayor precisión estos accidentes. Un solo evento o decisión rara vez causa un accidente; en cambio, es una cadena de eventos y decisiones resultantes lo que conduce a un desenlace no deseado.
En su artículo “Accident-Prone Pilots” (Pilotos propensos a accidentes), el Dr. Patrick R. Veillette utiliza la historia del "Captain Everyman" para demostrar que los accidentes aéreos suelen ser el resultado de una serie de malas decisiones, en lugar de un solo error aislado.
En el caso del Captain Everyman, tras un aterrizaje con el tren retraído, se vio involucrado en otro accidente mientras taxiaba un Beech 58P Baron fuera de la rampa.
Mientras recibía una llamada por radio del despachador, Everyman omitió completar la verificación del cross-feed de combustible antes del despegue. Al volar solo, dejó el selector de combustible derecho en la posición de cross-feed.
Una vez en crucero, notó una tendencia de inclinación hacia la derecha y la corrigió con el trim de alerón, sin darse cuenta de que ambos motores estaban alimentándose del tanque del ala izquierda, lo que la hacía más liviana.
Después de dos horas de vuelo, el motor derecho se apagó mientras Everyman volaba sobre un cañón profundo. Mientras intentaba diagnosticar la causa de la falla, el motor izquierdo también se apagó. Logró aterrizar la aeronave en un banco de arena de un río, pero esta terminó hundiéndose en diez pies de agua.
Años más tarde, Everyman voló un de Havilland Twin Otter para entregar suministros en una ubicación remota. Al regresar a la base y aterrizar, la aeronave viró bruscamente hacia la izquierda, salió de la pista y terminó en un pantano a 375 pies de la pista. Tanto la estructura como los motores sufrieron daños considerables.
Al inspeccionar el accidente, los investigadores encontraron que la rueda de dirección del tren de nariz estaba en la posición totalmente deflectada. Los checklists de después del despegue y antes del aterrizaje requerían que la rueda estuviera en posición neutral. Everyman había pasado por alto este punto.
Ahora bien, ¿Everyman es propenso a los accidentes o simplemente tiene mala suerte? Omitir detalles en los checklists parece ser un patrón recurrente en estos accidentes. Si bien la mayoría de los pilotos han cometido errores similares, estos suelen corregirse antes de convertirse en incidentes graves gracias a márgenes adicionales, buenos sistemas de advertencia, un copiloto atento o simplemente suerte. Entonces, ¿qué hace que un piloto sea menos propenso a los accidentes?
El piloto exitoso posee la capacidad de concentrarse, gestionar cargas de trabajo y realizar múltiples tareas simultáneamente. Algunas de las pruebas psicológicas más recientes utilizadas en la aviación evalúan la capacidad de los aspirantes para el multitasking, midiendo tanto su precisión como su habilidad para enfocar la atención en varios aspectos al mismo tiempo.
La FAA llevó a cabo un estudio de investigación extenso para identificar similitudes y diferencias entre pilotos sin accidentes y aquellos que sí los han tenido. El proyecto encuestó a más de 4,000 pilotos, la mitad con historiales “limpios” y la otra mitad con antecedentes de accidentes.
Se identificaron cinco rasgos en pilotos propensos a sufrir accidentes:
- Tienen un desprecio por las reglas.
- Existe una alta correlación entre los accidentes en su historial de vuelo y las violaciones de seguridad en su historial de conducción.
- Frecuentemente caen en la categoría de personalidad "thrill and adventure seeking" (buscadores de emociones y aventuras).
- Son impulsivos en lugar de metódicos y disciplinados, tanto en la recopilación de información como en la velocidad y selección de las acciones a tomar.
- Tienen una falta de consideración o tienden a subutilizar fuentes externas de información, incluyendo copilotos, asistentes de vuelo, personal de servicio de vuelo, instructores de vuelo y controladores de tráfico aéreo (ATC).